Kenise Rivera – Kenise Rivera https://keniserivera.com Coach de Vida y Transformación Sat, 25 Apr 2020 02:27:56 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.7.2 https://keniserivera.com/wp-content/uploads/2025/01/cropped-Diseno-sin-titulo-4-32x32.png Kenise Rivera – Kenise Rivera https://keniserivera.com 32 32 Viviendo en “Modo Avión” https://keniserivera.com/viviendo-en-modo-avion/ Fri, 24 Apr 2020 21:16:28 +0000 https://keniserivera.com/?p=989 Creo que todas hemos estado alguna vez en “modo avión”.

Tal vez cuando hemos estado viajando literalmente en un avión, o en un lugar donde no hemos tenido acceso a nuestro celular (que pareciera que muchas veces nos conectara con la realidad). Puede ser en ese momento en que lo hemos olvidado en casa y la ansiedad que nos invade nos hace preguntarnos si habrá llegado alguna noticia importante, una llamada o una confirmación; como si justamente en ese período de incomunicación habría sucedido lo que hemos estado esperando o quizás pasó algo y no nos podrán ubicar justamente cuando más nos necesitan. Tanto vuela nuestra imaginación que ese estado de “modo avión” se hace eterno, angustiante y no sabemos qué hacer para que el tiempo pase rápido y podamos salir de él.

Otras veces, hacemos un uso distinto de ese “modo avión”. Lo vemos como un sinónimo de desconexión. Como aquel botón que podemos activar y desactivar para desconectarnos de la realidad y darnos un respiro de las circunstancias que estamos viviendo. He escuchado que muchas deciden apagar su celular, distanciarse de las redes sociales, no ver noticias, en un intento de evitar sentirse preocupadas. Toman este tipo de acciones como si cerrar sus oídos y ojos al mundo es lo que hiciera falta para sentirse tranquilas, solo por desconocer lo que sucede en el exterior.

La última vez que viajé tuve una experiencia diferente. Tenía la sensación de no tener nada pendiente y me sentía muy en paz conmigo misma y mi vida en ese momento. Reflexionaba sobre este sentimiento de ansiedad que había tenido en otros tiempos y que ahora no estaba presente.

Durante el vuelo, a miles de kilómetros sobre la tierra, pensaba en qué estaría pasando allá abajo, sin mi en acción, mientras yo volaba a mi destino. Pensaba en cómo se estarían dando los eventos sin mi presencia ahí en la Vida, en mí vida.

Me di cuenta que  conmigo o sin mi la vida pasaría y los eventos se darían como tendrían que darse: solo sucederían… Reflexionar sobre esto me dio una tranquilidad muy profunda. Pude sentir que nada estaba bajo mi control, aunque muchas veces parecía que sí.

Generalmente se siente como si la Vida girará alrededor de mis decisiones, de mis acciones, de lo que deseo, de mi actitud. Eso entonces me haría responsable de los sucesos y emociones de las personas que tienen relación conmigo: mi familia, trabajadores, mis hijos. Ellos supuestamente se verían afectados con mis decisiones, con lo que hago o dejo de hacer, con mi estado de ánimo. Y ¿cuándo yo no estaba en ese círculo?

“La Vida sigue, la de todos” -pensé. “Si hubo alguna situación que debía ser resuelta en la empresa o en mi hogar, deben haberla solucionado, no estarán esperándome.” “¿Y si nunca llegara? Igual las cosas seguirían su camino y evolucionarían. Puede que de una forma diferente pero nada se detendría si yo no estuviera.”

He decidido compartir con ustedes este sentimiento porque es similar al que estoy teniendo en este tiempo de cuarentena. Me siento en paz, me siento contenida, siento que no estoy sola en esta experiencia que estamos viviendo todos (literalmente). Todos esperando en nuestras casas que las cosas vuelvan a la normalidad, o a una nueva normalidad, no lo sabemos.

Por eso me acordé del “modo avión” y vuelvo a concluir que La Vida es sabia. No le doy sentido a lo que pasa porque seguro no será el que yo le de. ¿Quién sería yo para saber lo que la Vida tiene planeado para todos luego de que salgamos de cuarentena?

En este momento en el que estamos recibiendo tanta información, invitación a hacer talleres de meditación, de manejo de emociones, de ansiedad, incertidumbre, lo que yo puedo percibir es que la Vida nos está pidiendo “parar”, darnos un respiro, disfrutar de lo que tenemos, apreciarlo. Entreguémonos y aceptemos este momento tal y como es; solo ahí experimentamos el fluir de la vida donde todo sucede, sin nuestra intervención y es perfecta.

Ten la certeza de que aún sin nuestra aparente acción e intervención directa en el mundo, este sigue y se mantiene. Confía que desde la tranquilidad de sabernos en sintonía con lo que está sucediendo, desde la calma del momento, sabrás tomar las decisiones que necesita cada instante… desde el amor y no desde el miedo. Te quiero invitar a que disfrutes esta cuarentena en “modo avión”.

¿Tienes alguna inquietud respecto a este tema? ¿Te gustaría explorar lo que esta cuarentena significa para ti y cómo puedes vivirla en “modo avión”?

Me pongo a tus órdenes para tener una conversación empoderante, con la que podrás empezar a ver tu nueva realidad de una manera más gentil y encontrar nuevas opciones de cómo vivirla momento a momento.

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Te ofrezco paquetes de 6 a 8 sesiones en las que buscaremos alternativas para que aproveches esta cuarentena en calma y amor.

Kenise Rivera
Tu coach

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El regalo que el Coaching me dio https://keniserivera.com/el-regalo-que-el-coaching-me-dio/ https://keniserivera.com/el-regalo-que-el-coaching-me-dio/#comments Wed, 04 Mar 2020 05:12:18 +0000 https://keniserivera.com/?p=916 Crecí con la idea de ser la niña más fea del mundo y que por eso nadie me quería. Esto me llevaba a hacer muchos esfuerzos para sobresalir, para merecer el amor de mi familia y amigos, lloraba mucho por la noches pidiéndole a Dios el milagro de que me cambiase por una niña hermosa.

Ese trauma duró mucho y con los años se convirtió en profundo dolor por mi baja auto aceptación, llevándome a sufrir de depresión, ansiedad, ataques de pánico. A pesar de esto, algo en mi me motivaba a buscar sentirme feliz.

Algunas veces me llenaba de valor y a pesar de la vergüenza, aunque tuviera que hacer “sacrificios” para agradar a otros, un poco a mi manera, conseguía las cosas que deseaba: desde salir con las niñas más populares de la escuela, que mi papá me diera permiso para ir a una fiesta, casarme enamorada, hasta llegar a gerenciar la empresa de mi familia… Pero siempre con una batalla interna llena de contradicciones, de miedo, pensado de si era capaz o merecedora de todo eso.

En esa búsqueda de “la felicidad”, hace algunos años, visité a una psicóloga y luego de contarle mi triste historia, me preguntó: “¿Qué fue lo que te motivó a salir adelante, qué fue lo que no te dejó quedarte sumida en la depresión con tu trauma de ser una chica fea y no querida?”. Por años no pude contestar esa pregunta, hasta que por eso que llamamos coincidencias, llegué al camino del Coaching de Transformación.

Cuando por medio de mi proceso de coaching empecé a entender cómo funciono y por ende cómo funcionan los demás a nivel psicológico, pude reconocer que la sabiduría innata de esa niña (yo), era lo que había hecho de mi, la mujer que soy hoy.

Entendí que mi bienestar había estado opacado por creencias aprendidas e inventadas (sin intención) y que a partir de ahí, había causado mi propio sufrimiento, frustración y estrés.

Sin culpa, pude aceptar la historia acerca de mi misma que me había contado por años, como lo que es realmente: solo una historia. Vivo mis circunstancias de estrés, de preocupación o de miedo como parte de mi experiencia humana, sabiendo que son estados para los que estoy diseñada a vivir, que no dicen nada de mi, ni de mi valía, ni son consecuencias de mi pasado.

Gracias al camino que he recorrido en el Coaching de Transformación, he podido reconocer en otros su sabiduría innata y los malentendidos detrás de las historias que cada uno se cuenta. Con esto he logrado ver a las personas que me rodean con compasión, mejorando las relaciones con mi familia, amigos y trabajadores.

Por haber experimentado un cambio maravilloso en mi, a partir del conocimiento y la formación que había adquirido, decidí ejercer como coach y apoyar a otras mujeres a entender sus malentendidos, las historias que se han contado y creído causando sufrimiento en ellas. Me he convertido en una guía en el proceso de entendimiento para las personas con las que he tenido el placer de trabajar, a medida que han ido reconociéndose intactas de esencia y recordando que son seres llenos de recursos innatos (intuición, resiliencia, pasión, abundancia, sabiduría, inspiración).

Así es como el Coaching me regaló la paz y claridad que siempre había buscado, por lo que tengo la certeza de que compartir esto con otras mujeres logrará cambios tan relevantes en ellas, como me sucedió a mi.

Podemos vivir una vida de bienestar saliendo de las confusiones que tenemos acerca de nosotras mismas, te invito a que veas tu vida de una forma diferente, que con nueva información accedas a nuevas ideas, salgas de tus propias limitaciones y te logres sentir como realmente lo deseas.

Yo estoy lista para entregarte el regalo que transformará tu vida, ¿estás lista para recibirlo?

¡Déjame tus comentarios y comparte este artículo con tus amigas!

Con cariño,

Kenise (tu coach).

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¿Cuándo aprendimos que vivir sintiéndonos mal, es lo normal? https://keniserivera.com/vivir-sintiendonos-mal/ https://keniserivera.com/vivir-sintiendonos-mal/#comments Tue, 21 Jan 2020 05:08:48 +0000 https://keniserivera.com/?p=861 Es curioso como podemos llegar a acostumbrarnos a sentirnos mal: incómodas en un sitio de trabajo, bajo una situación de estrés, en un matrimonio infeliz, inconformes con nuestro aspecto físico, pensando que no podemos hacer nada al respecto. Me refiero a esa pesadez que sentimos, a ese aburrimiento persistente, ese sentimiento de inconformidad latente que aparece de forma constante en nuestra vida: ya es parte de nosotras. Los días transcurren y no le damos importancia a estas sensaciones, ¡lo normalizamos!

No nos dimos cuenta cuando nos acostumbramos a estar así. Nos resignamos a vivir de esa manera. Cuando pensamos en ello, muchas veces se nos viene a la mente la idea que “algún día pasará, mi marido es así y nunca cambiará…; tengo sobrepeso y es genético, no puedo hacer nada al respecto…”.

¿Cuándo aprendimos que vivir así es lo normal?

Como seres humanos estamos diseñados para experimentar todo tipo de sentimientos y emociones, unas más placenteras que otras, pero no quiere decir que debamos estancarnos sin buscar bienestar, que es nuestro estado natural. Sí, ese es nuestro derecho divino ¡ser felices!

Con bienestar y felicidad me refiero a ese estado de paz, tranquilidad, gratitud, certeza de que estamos bien. De que estaremos bien siempre, independientemente lo que nos suceda, que entendemos que la vida es neutral, como lo exponía la semana anterior en mi artículo El drama que decidimos vivir”, y que tenemos los recursos innatos para vivir en ese estado.

No me refiero al estado eufórico de alegría, que como otras emociones son efímeras. Me refiero al bienestar interno propio del ser humano, aquel que parece ser opacado por otras emociones, pero lo real es que jamás desaparece.

Estando en paz con nosotras mismas, podemos vivir una situación triste o estresante, manteniendo ese bienestar (de fondo), ya que es nuestro estado natural. Es como el sol cuando es cubierto por las nubes, simplemente sabes que está ahí, solo que a veces no lo vemos, pero tenemos la certeza que cuando el día se despeje volveremos a sentir su calor, tal cual es el bienestar en nuestras vidas.

Viví por años en un estado de resignación permanente de dolor, pero dentro de mí sabía que había algo más y mejor para mi. Y así fue, llegó el momento en que decidí enfrentar mis miedos y buscar ese espacio de tranquilidad que había deseado por mucho tiempo y mi vida cambió radicalmente.

Ahora me doy cuenta de que independientemente de lo que me suceda, lo que sienta, lo que me estrese, me inquiete, tengo la certeza de que volveré a ese espacio de bienestar. Porque cuando lo encuentras dentro de ti, aunque se opaque, siempre regresas ahí.

Te invito a que evalúes en qué estado estás viviendo. ¿Qué es lo “normal” en ti? Si no es el bienestar, te propongo que valores lo que estás dando por sentado, a qué te acostumbraste y te preguntes si es lo que quieres para tu vida.

¿Cómo cambiaría tu vida si tu estado normal fuera el bienestar y la excepción fuera ese sentimiento que no deseas sentir y no al revés?

“En la vida las cosas se aceptan, se cambian o se dejan.”

¡Déjame tus comentarios y comparte este artículo si crees que se puede vivir en bienestar siempre! Que tengas una hermosa semana.

Con cariño,

Kenise (tu coach).

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El drama que decidimos vivir https://keniserivera.com/el-drama-que-decidimos-vivir/ https://keniserivera.com/el-drama-que-decidimos-vivir/#comments Wed, 08 Jan 2020 02:26:55 +0000 https://keniserivera.com/?p=852 ¿Todo lo que te pasa en la vida tiene un propósito?

Suerte, bendición, coincidencias, casualidad, causalidad, karma, destino, sincronicidad, “¡es que la vida es así!”…

¿A qué le adjudicas tú las cosas que te suceden? Lo que pasa, lo que deja de pasar… ¿Acaso todo lo que nos sucede realmente pasa por algo? ¿Todo tiene un propósito?

Actualmente escuchamos que las terapias de autoayuda u otras filosofías nos invitan a que busquemos el sentido de lo que nos pasa en nuestra vida; nos proponen que la aceptemos tal cual es, porque forma parte de un plan divino, o que aprendamos de las situaciones que se repiten porque son lecciones disfrazadas de problemas, todo en un intento de explicar por qué vivimos lo que vivimos.

He reflexionado acerca de esto por algún tiempo, por lo que comencé a explorar este tema.

¿Cuál era el significado de lo que me estaba ocurriendo o el de ese evento que me sucedió? Con cada persona que se cruzaba en mi camino o había conocido, me preguntaba: ¿qué me ha venido a enseñar o qué supuestamente le podría enseñar yo a esta persona?

Ya que tenía esta inquietud en mi mente, conversé de este tema con una querida amiga y me recordó que la “Vida es neutral, no es personal”.

A partir de esa conversación me inspiré para compartirte mi opinión personal basada en mi experiencia y lo aprendido de mis maestros en mi camino del coaching de transformación, que es una visión diferente a lo que estamos acostumbradas a escuchar.

Te invito a que te abras a descubrir algo nuevo, algo que podría llevarte a cambiar tus creencias y a sentir tu vida menos complicada de lo que crees que es, para mi fue así cuando puede ver que:

“Las cosas no me pasan… las cosas pasan. Los seres queridos no se me mueren, solo mueren. No me enfermo, solo enfermo.” La Vida no está en mi contra, solo es y sucede, y nosotras le damos el sentido que queremos. No controlamos lo que nos ocurre, pero sí el significado que le damos a nuestras experiencias.

Dicho significado, al ser personal, lo tendemos a interpretar según nuestra conveniencia o nuestras creencias: podemos justificar nuestras acciones, culpar a la Vida de que no nos da lo que pensamos nos merecemos y nos ponemos muchas veces en el papel de víctimas o renegamos por lo injusta que es la vida. Adjudicamos la responsabilidad de nuestros sentimientos o acciones a lo externo, a las circunstancias que nos acontecen y anulamos nuestro poder de cambiar y tomar control sobre nuestra vida.

Ver las situaciones que se dan en nuestra vida de forma neutral hace una gran diferencia. Cuando las logré ver así, personalmente me quitó el peso de buscar el porqué o para qué las situaciones se me presentan. Entendí que “la Vida” no me quiere enseñar nada, ni repite experiencias para recordarme algo, “solo es y sucede”.

Por ejemplo, no es que no hayas aprendido algo de una relación tóxica y por eso la Vida te vuelve a enviar las mismas relaciones hasta que aprendas realmente a alejarte de las personas que no te valoran o no te aceptan como eres. Está en nosotras aprovechar nuestras circunstancias para aprender de ellas, notar lo que sentimos ante la situación, tomar acción y cambiarla.

Cuando comprendes el por qué actúas de determinada forma, cuando sea tu momento de entender tus temores, enfrentar tus miedos, cuando te sepas capaz, tomarás las decisiones que te lleven a sentirte plena y en paz. Eso es lo que la Vida quiere que aprendamos, a ser felices, a vivir en bienestar, esa es nuestra esencia de vida, lo demás son dramas que decidimos vivir.

¿Nos es menos complicado y más constructivo para tu vida verlo así?
Déjame tu opinión o comentario…

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Entrevista en el programa de Paty Terán en Radio Platinum https://keniserivera.com/entrevista-con-paty-teran/ Sat, 21 Dec 2019 19:34:47 +0000 https://keniserivera.com/?p=840 Escucha la Grabación:

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Espera flores en invierno. https://keniserivera.com/espera-flores-en-invierno/ https://keniserivera.com/espera-flores-en-invierno/#comments Thu, 28 Nov 2019 00:51:32 +0000 https://keniserivera.com/?p=683

Este año decidí que decoraría mi árbol de Navidad como nunca antes lo había hecho. Se me vino la idea de hacer que mi árbol floreciera, busqué entre mis adornos y lo llené de flores.

Le pregunté a mi hijo si le gustaba mi diseño y me respondió: “mami eso no es posible, en la Navidad hace frío, nieva, los árboles no podrían dar flores” me dijo con un tono bromista. A lo que yo le contesté: pues eso solo pasa en el “mundo de lo que conocemos”, en el “mundo de lo desconocido” hay múltiples posibilidades para todo. Eso me inspiro a escribir este artículo:

Cuántas cosas nos perdemos por seguir las reglas establecidas, las reglas que hemos adoptado de la sociedad, de filosofías religiosas, de nuestros padres, educación. A veces ni sabemos por qué hacemos, o dejamos de hacer cosas que deseamos; ya está instituido en nosotros, cómo debemos actuar, pensar y reaccionar ante las personas o situaciones que vivimos.

¿Y si empezáramos a ver la vida de una forma diferente, con curiosidad? Sí, esa misma curiosidad que nos hace probar una receta de cocina nueva, tomar una ruta diferente para ir al trabajo o hacernos un nuevo peinado. Esa curiosidad que nos permite poner en duda las creencias que no nos dejan avanzar. Se me vienen a la mente algunas ideas con las que crecimos muchas de nosotras:

“El matrimonio es para siempre”, una creencia que muchas veces te obliga a mantenerte en una relación aunque no te sientas feliz.

“Tienes que sacrificarte para obtener lo que deseas”, por lo que nos aferramos a un puesto de trabajo que nos trae estrés y aburrimiento.

Nos anulamos como personas y dejamos ir nuestros sueños, porque crecimos con la idea de que: “Para las mujeres lo primero deben ser los hijos y el marido” como me decía mi abuelita.

¿Cómo podemos dejar de ver como normales este tipo de creencias limitantes?

Dudando.

Dudando que lo que creemos es la verdad absoluta, abriendo la mente a que hay otras opciones para ti. Puede que en este momento no las veas, pero existen y las encuentras cuando decides buscarlas fuera de lo que siempre has dado por cierto.

Se puede vivir en plenitud sin importar tus circunstancias y para esto se necesita valor; dejar a un lado el temor a equivocarte, a cambiar aunque te critiquen, a esperar flores en invierno.

¿Te atreves?

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Entendiendo el Sufrimiento https://keniserivera.com/entendiendo-el-sufrimiento/ Thu, 21 Nov 2019 03:33:59 +0000 https://keniserivera.com/?p=670 Un tarde sentada en mi oficina, en uno de esos días en que todo parece ir en contra mía, cuando veo las cosas más negras de lo que son, me hice la pregunta: ¿Kenise por qué sufres siempre por todo?

Intentando contestar esta pregunta, surgieron muchas ideas, entre ellas la creencia: “No se puede ser feliz siempre, la felicidad es un estado momentáneo”. Pero la preocupación y el estrés que esto me causaba, que en teoría también debería ser efímero, se había convertido en mi estado natural; pasaba preocupada y sumida en sufrimiento la mayor parte del día y eso era lo normal para mi.

Ante esta contradicción decidí hacer un experimento personal para empezar a entender el sufrimiento. Elegí una situación estresante de mi vida y esto fue lo que descubrí:

En mi empresa, mi equipo de gerentes y yo estuvimos trabajando tres meses por conseguir un contrato importante. Invertimos mucho esfuerzo y trabajo pero aún así, nuestra oferta fuer rechazada. En ese momento comenzaron mis pensamientos de culpa, frustración, ira.

Como parte del experimento me propuse ver mi sufrimiento de cerca y realmente notar que era aquello por lo que sufría. No sufría porque no nos adjudicaron un contrato:

  • Sufría porque no era lo que yo quería que pasará
  • Sufría por lo que iban a pensar los demás.
  • Sufría porque pensaba que debía haber hecho más.
  • Sufría por dudar si estaba preparada o no para liderar mi empresa
  • Sufría porque no íbamos a cumplir con el presupuesto de ventas.
  • Sufría porque no quería sufrir.

A partir de esta experiencia puedo compartirte mi aprendizaje.

Sufrimos porque nos negamos a sentir lo que sentimos y a experimentar lo que experimentamos.

Sufrimos cuando nuestras expectativas no se cumplen, pensamos que el resultado va en contra de lo que estamos supuestas a lograr. Pensamos que no es lo que
“debería” suceder o no es lo que los demás esperan. Los juicios a nosotras mismas son los que nos generan sufrimiento.

Creamos una identidad, él como queremos que los demás nos vean, y luchamos por lograrlo. Pocas veces cumplimos nuestros propios estándares de ser: la mejor madre, la amada esposa, la profesional perfecta… y sufrimos.

Nos llenamos de incertidumbre por no saber que nos deparará el futuro. Creemos que debemos controlar todo para que los resultados se den como deseamos y cuando no se dan, aparece la culpa… y sufrimos.

Entender que el sufrimiento era creado por mi, por los juicios que me hacía a mi misma, que era un hábito aprendido, me dio la posibilidad de hacerme cargo de él, de estar abierta a explorarlo, a percibir cómo y por qué se manifestaba el sufrimiento en mi vida. Esto me llevo a encontrar ese lugar donde es posible aceptar que la vida “sucede” y que yo me encargaba de darle el sentido que quería.

Ahora ya no veo el sufrimiento como algo normal y ¡decidí dejar de sufrir!

Permíteme ayudarte a “entender tu sufrimiento” y cambiar la creencia de que es algo normal en nuestras vidas. Verlo como algo opcional puede lograr que tu vida se llene de bienestar.

Contáctame ahora, juntas lo podemos lograr.

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